Hoy tengo ganas de dejaros una reseña que debería haber metido en el blog hace bastante tiempo, pero que he ido retrasando y retrasando... hasta hoy.


Esta ciudad devastada será vuestro hogar de ahora en adelante —siguió diciendo aquella mujer horrible con su voz burbujeante—. Enfrentaos a vuestra vida aquí como mejor podáis. Seguid juntos si es vuestro deseo o buscad vuestro destino por separado, sin contar con los demás. Tanto da una cosa como la otra… El único consejo que puedo daros es tan simple como: manteneos vivos todo el tiempo que podáis. Y es un consejo difícil de seguir, os lo aseguro. Porque esta ciudad hará todo lo posible por mataros. Y no lo hará por crueldad, no. Lo hará porque ése es su deber.


Este es uno de esos libros que hay que leer. En serio.
En resumidas cuentas, es la historia de doce chavales que son arrancados de nuestro mundo y enviados a uno aterrador, fantástico, en decadencia y peligroso para que sobrevivan en él y lleguen a permanecer vivos hasta que salga la misteriosa Luna Roja. En este mundo, llamado Rocavarancolia, también hay otras criaturas que les estudian y observan su avance por las ruinas. Doce monstruos tan importantes como los doce adolescentes, con sus corazoncitos, sus miedos, sus ambiciones y sus maravillosas y temibles historias personales.

No quiero desvelaros más, pero TODO AQUEL QUE LO HA LEÍDO, HA DISFRUTADO Y HA QUERIDO REPETIR. No es broma, creo que esta historia tiene un algo que en el futuro la convertirá en un clásico de la literatura juvenil. La narración es brillante, la profundidad de cada personaje está cuidada hasta el último detalle, la descripción de la ciudad es fantástica y la trama no podría estar mejor hilada.

Por si todo esto fuera poco, tampoco es desdeñable el hecho de que el libro cuente con una edición de lujo con tapa dura y sobrecubierta, con el más puro espíritu de la historia.

Desde aquí poco más puedo yo hacer. Me sentía con el deber de informaros de esta gran apuesta de Alfaguara e instaros a que le diéseis una oportunidad porque no os vais a arrepentir lo más mínimo. Ahora sólo queda que vosotros os atreváis a entrar en Rocavarancolia. Quien sabe, quizás no queráis volver a salir de ella... O no podáis.