Como muchos sabéis, me encuentro en plena gira de PLAY por España, pero ha llegado a mí esta carta y, al igual que otras páginas, he decidido compartirla con vosotros. Se trata de un mensaje escrito directamente por Jordi Sierra i Fabra, compañero de profesión, en muchos sentidos un maestro, y un amigo. Ya sabéis que odio las polémicas de este tipo, pero creo que, después de todo lo que se ha dicho de él en las últimas semanas, lo mínimo que puedo hacer es ofrecerle este pequeño espacio para que se difunda su mensaje.
No voy a permitir que se hagan comentarios en la entrada porque Jordi no los responderá, y solo él debe tener la potestad para hacerlo. Así pues, si alguien quiere contactar con él tras leer su carta, aquí dejo la dirección de su web: http://www.sierraifabra.com/
CARTA DE JORDI
Viendo estos días la polémica generada por dos textos
míos en dos foros de Internet, me gustaría intervenir para matizar mis propias
declaraciones. Lo peor que le puede pasar a uno es querer hacer las cosas bien
y que le salgan mal, o que no le entiendan, o las dos cosas. La polvareda y la
polémica desatadas me han confundido y preocupado, pero no soy de los que
escurre el bulto. Si algo se hace mal, o ha salido mal, hay que afrontarlo.
Creo que soy de los pocos autores con contacto vivo y directo con vosotros, y
no sólo por la Fundación, la revista La Página Escrita o el Premio Literario.
Mi casa siempre ha estado abierta para quien quiera hablar conmigo. Quizás mi
primer error haya sido creer que me conocíais lo bastante y entenderíais mis palabras
sin dramatismos. No ha sido así. Lástima. Soy apasionado, exactamente como lo
sois los que estáis ahí, al otro lado. Lo que más me ha dolido ha sido la duda
de un buen camarada poniendo en duda mi compromiso con vosotros/as. Claro que
intento protegeros, aunque supongo que no soy nadie para hacerlo y punto. Desde
que tuve la idea de crear un premio y una Fundación para respaldaros, me
comprometí para siempre a defender vuestros sueños.
Bueno, por más escritor que sea me cuesta encontrar las
palabras para tratar de expresarme. Siento no haberlo hecho mejor en esos dos
artículos. Mea culpa. Ya he decidido no volver a escribir para no levantar
polvaredas tratando de “ayudar”, porque está visto que no lo he conseguido.
Vayamos por partes. El artículo en el que hablaba de las
autoediciones.
Lo único que pretendía con este artículo era alertaros
del peligro que se corre con la impaciencia. Y sé de qué me hablo. Os pedía
prudencia, cautela, que no tuvierais prisa, exactamente lo que les he dicho a
los ganadores de mi premio estos siete años pasados y a muchos finalistas. Una
amiga mía cayó en la trampa de pagarle seis mil euros a un falso editor por
editarle su libro. Luego le sacó dos mil más para hacer publicidad ya que el
libro “parecía tener muy buena acogida y le faltaba un empujoncito”. Finalmente
le sacó tres mil euros más cuando le dijo que iba a destruir o saldar el resto
de ejemplares porque “inexplicablemente”, no se vendían, y ella los compró para
que no se perdieran. Exactamente hablaba de eso, no de cortaros los sueños ni
de que no os autoeditéis. Otra cosa es que crea que la impaciencia no es buena,
que tenéis que luchar por la excelencia, que se os pague por un libro porque
con eso os sentiréis escritores, y eso se consigue con tiempo. De verdad no
entiendo el revuelo causado por mi texto, que se ha tomado por el lado opuesto,
como si os frenara. Insisto: hablaba de que tengáis cuidado, nada más. ¿No me
expresé bien? Lo siento. Más aún, si alguien se ha sentido ofendido, pido
perdón, de corazón. Muchas veces el tono en que se escribe algo no es el mismo
con el que lo percibe el lector, y yo tengo fama de explosivo. Pero siempre
digo las cosas con el corazón y una sonrisa. Y repito lo de antes: fallo mío
por pensar que la mayoría me conocéis bien. Falsa presunción.
Segundo tema: los blogs.
Yo con esto aluciné bastante viendo lo que algunos/as
decíais.
Estos días se ha publicado una novela mía titulada “Sólo
tú” que escribí hace 4 años. En ella la protagonista es una bloguera. Es decir,
ya hace 4 años yo le daba un papel capital a los blogs. En el nº1 de La Página
Escrita hay un listado de blogs que conozco porque los apoyo y creo en ellos.
Tengo amigos y amigas blogueros. Es más, los blogs SIEMPRE me han tratado muy
bien. Y es por eso, precisamente, porque nadie puede sospechar de mí, que me
creí en el deber de alertar del peligro de la simplicidad en que puede
acabarse. Estamos llegando a una reducción de la cultura circunscrita al simple
“me gusta” y no me gusta”, y eso puede llegar a ser alarmante. Yo habla de
“formación”, de rigor, de que para hablar del trabajo de un escritor, pintor,
escultor, músico, que se ha tirado un tiempo para crear una cosa, lo menos que
hemos de exigirnos es seriedad. Nada más. Si esto ha causado otro revuelo, lo
siento. Y si no me expresé bien, repito lo de antes: pido perdón. Es obvio que
no supe explicarme y que lo que decía como amigo se ha tomado casi como una
afrenta. Pero fijáos que escribí ese artículo en un blog nuevo, no de tapadillo
o en una revista. Lo hice dando la cara porque “creía” que entenderíais el quid
de la cuestión.
En serio, chicos, chicas, ¿pensáis de verdad que una
persona que cada año da 3000 euros de su bolsillo a una joven promesa de la
literatura, que consiguió en su día que SM editara el libro, que consiguió que
se entregara el premio en la misma fiesta del Barco de Vapor y el Gran Angular,
que se gasta los ahorros en dos Fundaciones a ambos lados del Atlántico
tratando de que la gente escriba, y que acaba de publicar una revista gratuita
metiendo en el ajo a un montón de gente, de verdad, repito, podéis dudar de que
esa persona os apoya? ¿En serio?
Hay un tercer tema que os ha mosqueado. El empleo que
hago de la palabra “quinceañera”. Otro error por mi parte. Los que me conocen,
insisto en ello, saben el valor que doy yo a esa palabra y lo mucho que he
defendido siempre la pasión de los 15 años, edad que, para mí, marca un punto
de inflexión en la vida de muchas chicas. ¡Pero cómo voy a hablar mal de mi
gente! Hace 35 años, cuando co-fundé Super Pop, recibí un sinfín de palos por
hacer una revista “para fans”. Palos duros. Yo defendí tanto el papel de la
fan, que incluso escribí una novela reivindicativa, “Las fans”. Mi casa está
siempre llena de esas “quinceañeras” que vienen a verme y con las que siempre
charlo una hora y luego regalo libros. Y eso ha sido así desde hace más de 30
años. Así que vuelvo a la pregunta, ¿de verdad creéis que hablaba en sentido
despectivo? Pues si es así, tercer error por mi parte, última metida de pata y
de nuevo, perdón, perdón, perdón. Lo siento. ¿Me hago el harakiri? (y que
conste que escribo esto sonriendo, no en plan dramático).
Mantengo constante contacto con mi gente a través de
foros como la Generación Jordilauriana o el Foro de Laura Gallego, en el que
tengo varios apartados. Que yo sepa, el buen rollo ha sido siempre lo mejor. La
polémica me ha pillado a traspiés porque considero que es injusta viendo mi
trayectoria. Otra cosa es que siempre haya gente cabreada o a la que no le
gusten mis libros. Eso vale. No sé dónde he leído que “Campos de fresas” se
vende tanto porque SM obliga a ponerlo en los colegios. ¡Ya querría SM o
cualquier otra editorial tener esa fuerza!
Hice dos artículos creyendo que os ayudarían y casi me
echáis a los leones. Muchos sabéis mi historia, porque hice dos Fundaciones, el
premio o la revista. Sabéis lo que pasé para mantener mi sueño contra mi padre
y mi escuela, y lo que hice para publicar. Intento que entendáis algunos
aspectos de todo esto, nada más, porque la mayoría me dice siempre que estáis
solos, que no tenéis a nadie con quien hablar de ello salvo los amigos, que
tampoco tienen mucha idea del tinglado. Incluso para concursar en mi premio hay
cada año largas sesiones en los foros sobre qué letras usar, qué interlineados,
etc. Porque es un mundo nuevo en el que estáis entrando. Ray Bradbury decía que
los que conocen la vida han de ayudar o compartirla con los demás. Es lo que
intento hacer, por lo que veo, con bastante mala fortuna. ¿Tenía alguna
necesidad de crear un premio, una revista, las Fundaciones…? No, pero pensé que
era necesario. Viendo lo que se ha escrito sobre mí, ahora estoy desconcertado.
Pero en lugar de callar aquí estoy, dando la cara.
No sé qué más decir. Escribo esto desde Colombia, donde
me ha pillado el lío. Lo mejor será que, desde ahora, me limite a mis novelas.
Siempre tendréis la puerta de mi casa abierta para lo que necesitéis, pero de
viva voz. No sé si esto volverá a levantar ríos de tinta pero, sinceramente,
espero que no, y que las aguas vuelvan a su cauce.
Suelo acabar cosas así diciendo “os quiero”.
Así que os quiero.
Jordi