Anoche, más o menos a eso de las 00:00h terminé la última novela de la Cuentacuentos más popular de Alemania: Cornelia Funke.


Mucho se ha hablado de Reckless, Carne de piedra. Muchas reseñas y comentarios que yo me negué a leer para poder disfrutar de la historia desde cero. Sin conocer impresiones o que me destripasen nada de su argumento. ¡Iba sobre cuentos de hadas! ¿Qué más necesitaba saber? Tuve que esperar a terminar de escribir Cuentos de Bereth III para no mezclar ideas y, una vez puse el punto y final, me sumergí de lleno en las páginas de esta historia. Aquí os dejo su respectiva reseña…

Lo primero que debería hacer es, para quienes no lo sepan, explicar que "Reckless", el apellido de los protagonistas, significa Temerario. Osado. Incluso, atolondrado. Adjetivos que describen a la perfección a estos dos hermanos.

Cuando Jacob y Will Reckless no eran más que niños, su padre desapareció sin dejar pistas acerca de su paradero. Se esfumó. Se volatilizó en la noche. Fue tragado por un espejo. Un espejo que siguió en su despacho incluso cuando él ya no estaba y que, durante una noche de tormenta, Jacob descubrió y atravesó sin pensárselo dos veces. ¡Y en qué momento! El mundo que le aguardaba al otro lado traspasaba los límites de su imaginación. Allí dentro no sólo había duendes, trolls, hadas malvadas y elfos. Sino que también había zapatitos de cristal, ¡Mesitas, ponte!, Cabellos dorados de Ruiponce que se alargan hasta el infinito, hombres-cisne, casitas de caramelo que albergaban a las brujas devoradoras de niños más sangrientas... y Goyls de las piedras más dispares.

Por desgracia para Jacob, ahora todo un adulto de más de veinte años, sus correrías por el Mundo del Espejo, recuperando tesoros perdidos y salvando princesas, han llegado a su fin. Cometió el error de permitir que su hermano pequeño, Will, cruzara en un despiste... y ahora su piel se está convirtiendo en piedra. Se está transformando en Goyl y nada parece poder detener el encantamiento.

De él y del resto de sus compañeros de viaje dependerá encontrar el tesoro mejor escondido y el bien más preciado y escaso a ese lado del cristal: un final feliz para su historia.

Reckless, Carne de piedra es un libro para todas las edades. Lo primero que llama la atención son los años de los protagonistas. ¡Pero si superan la veintena! Me ha parecido muy arriesgado por parte de la autora, pero todo un acierto, sin duda. Estos protagonistas son fuertes, carismáticos y maduros. Sí, tienen sus dudas y sus momentos de desesperanza, pero se nota que han dejado la adolescencia atrás y que han aprendido a enfrentarse al mundo. A los mundos, en realidad. Mientras Will ha tenido que mantenerse erguido sin ayuda de su hermano mayor en un mundo de hospitales y soledad, Jacob ha aprendido a mentir, a robar y a luchar para ganarse la vida. Quizás esto sea algo que pueda echar para atrás a algunos lectores más jóvenes, pero no debería: la magia, las aventuras, la fantasía y la dulce historia de amor están pensadas para entretener a un abanico de público muy amplio.

Los secundarios tampoco se quedan atrás. Zorro, cuyo secreto es tan hermoso como útil, es un personaje femenino fuerte y a la vez cándido e infantil. Tiene arrojo, pero también miedo. Para mí, uno de los mejores, sin duda. Y qué decir de Clara... la enamorada, la testaruda, la realista enfermera Clara. ¡Cuántas vicisitudes sufrirá por obcecarse, como tantos otros, en conocer los secretos del espejo!

Pero no sólo de personajes bondadosos está compuesto este lugar. Los Goyl, criaturas que han sido cazadas y asesinadas durante años, se levantan ahora como una amenaza para todos los humanos con sus garras encantadas. De amatista, de cornalina, de oro, cobre o plata, los Goyl, con sus traiciones y alianzas, con sus diferentes personalidades e inquietudes, jugarán un papel fundamental en toda esta historia.


En cuanto a la ambientación, soberbia. No, mejor. El mundo del espejo no es ese lugar con aspecto de cuento de hadas que el lector espera. Un millón de avances y secretos de nuestro mundo se han ido filtrando con el paso de los años y sus habitantes se las han apañado para hacer de ello algo propio. Así, sus ciudades y reinos han evolucionado hasta dar lugar a un popurrí de periodos históricos que se solapan como un castillo de naipes construido con diferentes barajas. La época victoriana, la medieval o incluso los comienzos de siglo XX se funden dando como resultado un paisaje, a primeras, incoherente, pero más tarde, completamente natural y lógico. Pues gracias a la pluma de Funke, nada queda sin explicación.

La trama, tan bien cuidada como la hermosa narración, es entretenida, emocionante y muy adictiva. ¡No dejan de ocurrir cosas! Está tan llena de magia, tan bien construido este mundo que, incluso cuando Jacob se limita a recordar alguna de sus aventuras pasadas, necesitas saber más.

Descubrir cómo funcionan los objetos mágicos, sonreír al advertir las referencias a los cuentos de los Hermanos (Jakob y Wilhelm) Grimm e intentar averiguar cómo se resolverá todo, son algunos de los muchos alicientes con los que juega esta novela.

No debo olvidarme de mencionar la preciosa edición con la que cuenta el libro. Además de una hermosísima portada y un separador de páginas de tela de lo más elegante, en el interior, precediendo cada capítulo, el lector pordrá encontrar ilustraciones hechas por la propia Cornelia Funke a carboncillo. Una maravilla y un estupendo regalo para estas Navidades.

Así pues, quienes busquen una historia de fantasía, con garra, repleta de magia y acción, con una pizca de amor y la esencia de los cuentos, este es su libro. Y si sois quienes habéis leído mi trilogía Cuentos de Bereth y la habéis disfrutado, ésta no os defraudará. Son historias completamente diferentes, pero que tienen como base los cuentos que todos conocemos desde niños.