¡Hola a todos!
Hoy os traigo las reseñas de dos libros que, de primeras, pueden parecer muy similares pero que, en cuanto comienzas a leer, te das cuenta de que no lo son.
Se trata de
Traición, de Scott Westerfeld y de
Los juegos del hambre, de Suzanne Collins. Estas dos novelas juveniles se desarrollan en un futuro imaginario en el cual, por unos motivos o por otros, la humanidad ha quedado confinada en pequeños recintos cerrados de los que no pueden salir por muchas ganas que tengan de descubrir mundo. Analicémoslas por separado:
El primero de ellos,
Traición, imagina un futuro en el cual todos los jóvenes que cumplen los dieciséis años son operados quirúrgicamente para convertirse en chicos y chicas "perfectos" y poder vivir en la ciudad creada para ellos: Nueva Belleza. De ese modo, piensan, las diferencias ocasionadas por el color de piel o por los rasgos característicos de las razas, desaparecen junto con las discriminaciones y las desigualdades. Hasta aquí todo correcto.
La cosa se complica cuando Tally Youngblood, la protagonista de esta historia que espera con impaciencia su operación, conoce a Shay, una chica que, incomprensiblemente, no desea cambiar ni convertirse en Perfecta. A partir de entonces, Tally se encontrará en una encrucijada nada sencilla de resolver en la cual tendrá que elegir entre la amistad o la imperiosa necesidad de ser igual que los demás y disfrutar de una piel tersa, en pelo bonito y unas facciones de supermodelo.
El planteamiento principal es más que bueno. Si tenemos en cuenta los avances quirúrgicos y lo jóvenes que son últimamente las pacientes que se operan los pechos o la nariz hoy en día, no es extraño imaginar este futuro que Westerfeld nos plantea. Sin embargo, son otros detalles los que, a mi parecer, le quitan verosimilitud a la historia. En primer lugar, los personajes. No sé si será cosa mía o esa era la intención del autor, pero desde el principio le cogí manía a Tally. Sus cambios de humor repentinos, sus diálogos huecos y su falta de credibilidad cuando actúa me sacaban una y otra vez de la historia (¡Era incapaz de concentrarme más de tres líneas sin poner los ojos en blanco!). El resto de personajes mejoran bastante, aunque hay algunos, como los “malos malísimos” que a veces pienso que son idiotas y que juegan a ayudar a los rebeldes y no a detenerlos. También me dio la sensación de que la historia en ocasiones se estancaba y en ocasiones iba todo demasiado rápido; que el ritmo no estaba compensado. Otro fallo que le vi al libro fue la traducción. Creo que podría haberse cuidado mucho más, sobre todo en lo consistente a repetir palabras que en inglés son necesarias, pero no en español (como los sujetos/pronombres). En cualquier caso, comencé a leerme el segundo y comprobé con bastante alegría que la traducción había mejorado sustancialmente.
En resumidas cuentas, un libro muy interesante que te obliga a recapacitar sobre el camino que la humanidad está tomando, con buenas dosis de acción y misterio, algún que otro toque de amor esporádico y un final más que abierto que te deja con ganas de saber un poco más sobre los perfectos y los imperfectos del futuro.
El segundo libro, Los juegos del hambre, también es la primera parte de una trilogía, pero la historia es menos infantil que la de Traición y es una apuesta mucho más arriesgada.
El país de Panem está dividido en doce distritos que, cada año, deben entregar a dos tributos (un chico y una chica) para que participen en los Juegos del Hambre. Esta extraña competición consiste, básicamente, en soltar a los 24 adolescentes en un medio hostil (unos años es un desierto, otros un bosque…) del cual no pueden salir, y observar cómo se matan entre ellos hasta que sólo quede uno. El vencedor obtiene riquezas y alimento para él y para toda su familia de por vida. Los perdedores no regresan a casa, al menos vivos.
Katniss es una chica de 14 años que vive en el distrito 12 y que, cuando su hermana pequeña sale elegida como tributo de ese año, decide ofrecerse ella para luchar en el estadio. La cosa se complica cuando conoce al resto de los contrincantes (la mayoría profesionales que intentarán sobrevivir a toda costa) y descubre el peligroso medio en el que tendrá que convivir hasta ganar… o hasta morir. Y por si todo esto fuera poco, los Vigilantes (encargados de supervisar la competición), cuando creen que la audiencia se está aburriendo, deciden actuar por su cuenta y complicarles aun más las cosas a los tributos. Ah, se me olvidaba, Los Juegos están televisados y todo Panem está obligado a verlos.
Las claves de esta magnífica obra juvenil de ciencia ficción radican en la fuerza de sus personajes, la elección de un narrador en presente y en primera persona que consigue enganchar al lector hasta la última página, la necesidad de saber qué sucederá a continuación, lo real que parece todo y la profundidad de las emociones que consigue transmitir su autora.
A caballo entre la película Battle Royale (un clásico del cine oriental donde los haya) y la novela de William Golding, El señor de las Moscas, Los juegos del hambre cuenta con los elementos necesarios para convertirse en un clásico de la literatura juvenil y de la ciencia ficción, donde tan importantes son los personajes que aparecen en ella como el universo creado.
Collins no se anda con remilgos a la hora de describir las emociones contradictorias de su protagonista, ni cuando tiene que matar a los tributos, ni cuando el lector piensa: por dios, que no suceda nada malo ahora… y sucede. Por eso hablo de riesgo al escribir esta novela tan dura y a la vez tan profunda y brillante. Os juro que no miento cuando digo que lo leí prácticamente de una sentada en dos noches. Desde luego se ha ganado un puesto entre mis libros favoritos.
Ahora sólo queda que vosotros opinéis sobre estas dos joyitas de la actual novela juvenil y decidáis qué futuro os aterra más. Como no tengamos cuidado, podríamos encontrarnos inmersos en uno peor sin darnos si quiera cuenta.
Traición
Páginas: 437
Editorial: Montena
Precio: 14,96 €
Nota final: 7/10
Los juegos del hambre
Páginas: 396
Editorial: RBA
Precio: 18 €
Nota final: 9,5/10